LOS DESAFÍOS ÉTICOS DE LA NUEVA TECNOLOGÍA MÉDICA

La medicina, en una u otra forma, ha  venido siendo parte de nuestra cultura por miles de años. Antiguos fósiles humanos muestran evidencias de fracturas sanadas, lo cual demuestra la existencia de curanderos en las tribus de cazadores-recolectores. Nuestra cultura creó la medicina y no viceversa. En efecto, nuestra cultura demanda  una especialización en el cuidado de la salud así como demanda la religión o la especialización en leyes como profesiones. La sociedad tiene un contrato social con la medicina y las exigencias son grandes. Los médicos estamos llamados a ser expertos, siempre disponibles, altruistas, de altos principios y de noble naturaleza. Hasta hace poco, no se esperaba que la medicina curara a las personas de manera rutinaria. Lewis Thomas, un notable educador, escritor y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, señaló que hasta antes de 1920 la consulta médica rara vez  favorecía al paciente. La sociedad puede cambiar el contrato periódicamente  y lo ha hecho en forma dramática en la segunda mitad del siglo XX.  Los médicos han pasado a ser de cuidadores y consoladores a profesores y sanadores y  rutinariamente se esperan resultados excelentes. Estos ya no se atribuyen a una habilidad extraordinaria del médico o la buena suerte. El contrato está evolucionando a esperar que el médico pueda prevenir la enfermedad o minimizar su impacto mediante la vigilancia o el manejo consciente de la enfermedad. Así, la medicina, no es solamente una actividad cultural, que la gente busca ocasionalmente, cuando está enferma, sino una empresa permanente que asegura la salud en todos los aspectos de la vida diaria. Esta, en realidad, es una expectativa muy alta.
 
La sociedad no es el único ente dinámico en la relación medico-paciente. La medicina como ciencia está en perpetuo cambio, mientras que la medicina como arte está marcada por constancia y fidelidad. La ciencia de la medicina y el rápido cambio de la tecnología aplicada a la medicina, implica la posibilidad de que pueda haber conflicto entre la práctica, la innovación y lo que el público demanda. Este conflicto podría perjudicar el contrato social de la medicina y éste debe ser dirigido con firmeza. Siempre que la práctica sea  desafiada por la nueva tecnología, el curso correcto de acción no puede estar dictado por la moralidad y los estándares basados en experiencias anteriores. Cuando el curso correcto de acción no está claro, el diálogo es necesario para encontrar un consenso entre lo que es correcto y el bien público. El diálogo es la base de la ética en contraste con la moralidad. El debate es urgente y debe ser amplio, incluyente y obligatorio en la conducta de todos los médicos si se quiere honrar el contrato social evitando las rupturas o discontinuidades.
La sociedad no es el único ente dinámico en la relación medico-paciente. La medicina como ciencia está en perpetuo cambio, mientras que la medicina como arte está marcada por constancia y fidelidad. La ciencia de la medicina y el rápido cambio de la tecnología aplicada a la medicina, implica la posibilidad de que pueda haber conflicto entre la práctica, la innovación y lo que el público demanda. Este conflicto podría perjudicar el contrato social de la medicina y éste debe ser dirigido con firmeza. Siempre que la práctica sea  desafiada por la nueva tecnología, el curso correcto de acción no puede estar dictado por la moralidad y los estándares basados en experiencias anteriores. Cuando el curso correcto de acción no está claro, el diálogo es necesario para encontrar un consenso entre lo que es correcto y el bien público. El diálogo es la base de la ética en contraste con la moralidad. El debate es urgente y debe ser amplio, incluyente y obligatorio en la conducta de todos los médicos si se quiere honrar el contrato social evitando las rupturas o discontinuidades.
Esta presentación esta dirigida a cuatro áreas donde la tecnología está cambiando la relación existente entre la medicina y la sociedad. Primero,  consideraremos las áreas donde la ciencia y la tecnología invaden la vida privada y la individualidad de los miembros de una sociedad. Segundo, debemos considerar las áreas donde la ciencia y la tecnología invaden la sociedad y sus creencias sobre el origen del universo y las leyes divinas. Tercero, consideraremos las áreas donde la tecnología,  parece amenazar la relación personal médico - paciente por la interposición de un amplio número de dispositivos y una cantidad abrumadora de información. Finalmente, trataremos el problema de la justicia donde la tecnología cambia la función de la medicina, la cual por la misma naturaleza de su costo, no está al alcance de la gran mayoría de la sociedad.